Meditación

Son muchas las veces que escuchamos que la meditación es buena para muchas cosas, unos nos dicen que es buena para ayudar a concentrarnos, otros, buena para ayudarnos en los estudios, buena para ayudarnos a parar el ritmo frenético de la mente, buena para ayudarnos a mantener la calma ante circunstancias difíciles, etc., en verdad si no es a través de la propia práctica de la meditación, no sabremos realmente los beneficios que ésta nos aportará, pues a cada persona le trae un particular beneficio.

Son ya muchísimas las técnicas de meditación que conocemos hoy en día y cada vez se suman más y más…, con otros nombres, otra visión, pero en resumen la meditación es una manera de irse conociendo un poco más a uno mismo.

La mayoría de las técnicas conocidas se ponen de acuerdo en algunos requisitos o pautas previas a conseguir el estado para el que se crean, como por ejemplo el de la relajación previa, bien con algún ejercicio de respiración, concentración, canto, escucha de algún instrumento vibracional, introspección dirigida, etc., y así, una vez conseguido este estado de relajación que es evidente beneficioso de por sí, y en el cual, ya muchas de estas técnicas se paran y lo consideran como una meditación; pero si realmente queremos experimentar un estado meditativo, usaremos esta relajación como una entrada a nuestra meditación, ahora que hemos logrado dejar a un lado algunas preocupaciones y prisas, vamos a dejar que poco a poco e independientemente de la técnica que hayamos escogido, vayamos profundizando en conocer como funcionamos en realidad, cuales son los pensamientos que nos llegan con más frecuencia, para qué nos llegan, qué sensaciones nos producen, como los vemos, donde los sentimos, que emociones nos generan, que imágenes asociadas llegan, etc.,  y todo ello simplemente observando, sin involucrarnos en ellos; así, podremos aprender a manejar nuestro mundo interno con mayor facilidad y esto nos dará un valioso estado de equilibrio interno que se irá reflejando en el exterior.

Cuando empezamos en el mundo de la meditación lo más frecuente es que probemos muchas cosas, es normal, unas nos gustarán más otras menos, unas nos harán que veamos luces y colores, conexiones con seres que ni conocemos, otras nos harán mirar una vela durante horas, otras nos harán repetir mantras sin saber su verdadero significado, otros nos harán caminar lentamente mirándonos los pies,…., y todas y cada una de ellas serán perfectas para que vayamos familiarizándonos con la meditación, pero…

¿Qué es la meditación?

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Tenemos que ser lo suficientemente humildes para admitir que no sabemos cuál es la meta u objetivo de la meditación, y desde esa posición de humildad trabajar y ser constantes en la práctica, observando, adquiriendo sabiduría sobre nosotros mismos, sintiendo cómo los silencios se van haciendo más  y más grandes, que lo que llamamos paz interior va siendo una realidad y no una frase hecha, que la felicidad surge desde nosotros sin ningún motivo, que podemos elegir en plena libertad nuestras palabras y acciones en la vida, además de tener la suficiente habilidad para escuchar nuestro corazón y saber hasta cuando es bueno seguir en una misma técnica, poder cambiar a otra más acorde con el momento, agradecer todas y cada una de las que hallamos practicado y seguir avanzando. Para llegar a profundizar en nuestra mente por nuestra cuenta la meditación es la mejor manera de hacerlo al ritmo particular de cada uno de nosotros.