Según la Nueva Medicina Germánica la enfermedad evoluciona en dos fases desde el momento en que se vive un Bioshock, y se manifiesta de forma diferente en la psique, el cerebro y el órgano.
La naturaleza del conflicto vivido determinará tanto la localización en el cerebro (llamado Foco de Hamer) como la localización en el órgano que se afecta, y esto dependerá de la manera que tiene la persona de vivir las cosas, no sólo el acontecimiento concreto, sino la vida misma. Así, ante un suceso difícil de digerir puede aparecer un síntoma en el estómago, ante algo vivido como una marranada se afecte el colon o en los conflictos con los hijos o la pareja se pueda desarrollar un tumor en la mama, ya que el órgano que reacciona es siempre el que trata de cubrir la necesidad que la persona no puede satisfacer, bien sea sacar fuera de si lo que es indigesto (estómago), eliminar lo que le resulta tóxico (colon) o proteger a los hijos que están pasando dificultades (mama).
Cuando nuestro cuerpo está sano oscila entre los denominados ritmos día/noche, sueño/vigilia o Simpaticotonía/Vagotonía. Durante la fase diurna generalmente estamos despiertos, trabajamos y se requiere un relativo nivel de estrés para la actividad diaria. En cambio en la fase nocturna, normalmente dormimos, descansamos y el cuerpo repara. Así pues, existe un ritmo ondulatorio bifásico también llamado biorritmos y que es regulado por el sistema nervioso vegetativo.

FASE DE CONFLICTO ACTIVO
En esta fase se vive una etapa de Simpaticotonía prolongada ya que se activa el Sistema Nervioso Simpático. Éste se pone en alerta desde el mismo momento en el que se desencadena un impacto o Bioshock, y perdurará hasta que se resuelva el conflicto. El sentido del estrés en este caso, es orientar a la persona hacia la búsqueda de una solución satisfactoria, encontrar una salida a una situación inhabitual para la que no se está preparado ni adaptado.
Durante esta etapa se viven reacciones y síntomas por los que todos podremos reconocer haber pasado alguna vez: Agitación, intranquilidad, nerviosismos, cambios de humor, insomnio, falta de apetito y perdida de peso, hipoglucemia, nauseas. A esta etapa también se le llama Fase Fría porque aparecen las manos y píes fríos, con palidez por la vaso constricción, temblores, escalofríos, sudor frío y tensión muscular.
– A nivel psíquico se experimenta estrés emocional y mental, preocupación por lo ocurrido, estado de alerta generalizado, pensamientos negativos, recurrentes y repetitivos acerca del conflicto.
– A nivel cerebral sucede una ruptura del campo eléctrico y la lesión en el cerebro llamada Foco de Hamer presenta un grupo de anillos concéntricos en forma de diana, visibles en un escáner cerebral.
– A nivel del órgano habrán síntomas distintos dependiendo del tejido del órgano afectado. Si pertenece a la 1ª o 2ª etapa embrionaria, regidos por el Tronco Cerebral y el Cerebelo respectivamente, los síntomas consisten en hacer un crecimiento celular (también llamado tumor) o una hiper funcionalidad. Órganos como el colon, los pulmones, el hígado o las glándulas mamarias serían ejemplo de ello. En cambio si el tejido es de 3ª o 4ª etapa embrionaria, regidos por la Médula Cerebral y la Corteza Cerebral, los síntomas serán un decrecimiento celular en forma de osteolisis, ulceración, necrosis o hipo funcionalidad. Como ejemplo serían los huesos, los nódulos linfáticos, los bronquios o el cuello del útero.
FASE DE CURACIÓN
Es la etapa de reposo y recuperación donde se vive una Vagotonía prolongada, ya que se activa el Sistema Nervioso Parasimpático, cuyo nervio principal es el Nervio Vago (de ahí el nombre). Durante esta fase se reparan los tejidos dañados o alterados en la Fase de Estrés y comienza inmediatamente después que la persona resuelve el conflicto, ya sea que lo logre por si misma o que la vida le traiga un cambio y una solución externa.
Esta etapa se caracteriza por el alivio, el descanso, se recupera el sueño y el apetito.
Hay fatiga, debilidad, relajación muscular y cansancio físico. También se le llama la Fase Caliente porque los vasos sanguíneos son dilatados, las manos y pies están tibios, la piel sonrosada y seca, con posible fiebre.
– A nivel psíquico, la solución del conflicto viene acompañada de tranquilidad, cansancio y confusión.
– A nivel cerebral, hay un edema debido a la actividad de las células gliales en la reparación. Es observable en un escáner donde se pueden ver los anillos del Foco de Hamer ahora más borrosos, indefinidos y oscuros. Se puede sentir presión craneal, mareos, dolores de cabeza y visión borrosa.
– A nivel del órgano, comienza la reparación tisular, el edema, la inflamación, la infección, la fibrosis cicatrizal, el quiste y el encapsulamiento.
En órganos dirigidos por el Tallo Cerebral y Cerebelo como el colon, hígado, pulmones o glándulas mamarias, los tumores que se desarrollaron durante el conflicto activo, ahora son degradados por hongos y mico bacterias especializados. En caso de no estar disponibles estos microorganismos el tumor permanecerá en su lugar encapsulándose sin hacer más división celular. En el caso de los órganos dirigidos por la Médula Cerebral y Corteza Cerebral, que hicieron la pérdida celular como una osteoporosis, una necrosis de ovario o una ulceración de estómago durante el conflicto activo, ahora serán rellenados, restituidos y reconstruidos con la ayuda de bacterias y virus especializados.
En general, se considera ésta la etapa más intensa porque frecuentemente va acompañada de aumento de volumen, inflamación, infecciones, fiebre y dolor. Como ayuda y para sobrellevar los dolores de cabeza, se aconseja mantenerla elevada y no exponerla a fuentes de calor. No ingerir grandes cantidades de bebida y no probar el alcohol. Llevar una alimentación equilibrada para favorecer la reconstrucción de los tejidos y descansar todo lo que se pueda. Si la cabeza molesta mucho por la presión, se puede colocar hielo en la zona y tomar café muy fuerte con medio limón exprimido de tanto en tanto.
CRISIS EPILEPTOIDE
Dentro de la fase de curación se distinguen dos etapas: la Exudación y la Cicatrización, y en medio de ellas sucede la llamada Crisis Épica o Epileptoide.
Durante la exudación el edema y la inflamación tanto en el cerebro como en el órgano van en aumento, hasta llegar a un punto en que puede ser peligroso, es en ese momento cuando se hace necesario disminuirlo, y la forma natural que encuentra el organismo para hacerlo es retornar al cuerpo a una Simpaticotonía. Este período suele ser corto, sobreviene casi siempre en medio de la noche y los síntomas varían dependiendo de la naturaleza del conflicto que se activó: si hablamos de límites en el territorio habrá enuresis, si el problema tenia que ver con la movilidad habrán calambres y ante la situación difícil de digerir habrá vómito o diarrea explosiva, satisfaciendo simbólicamente lo que se necesitó durante el conflicto activo. Otros ejemplos de Crisis Épica son los ataques cardíacos, las crisis asmáticas, los ataques de migrañas y las crisis epilépticas. Aunque la sintomatología ocurre de nuevo en los tres niveles:
– A nivel psíquico hay nerviosismo, alerta y aturdimiento.
– A nivel cerebral, pueden suceder vértigos, cefaleas, convulsión, intento de vaciado de la inflamación edematosa.
– A nivel del órgano, hay nauseas, calambres, contracciones musculares, arritmias, parálisis, dolor, cólicos… dependiendo del órgano afectado.
Tras la Crisis Épica y una vez evacuado el edema, los tejidos comienzan a cicatrizar y el órgano va recuperando sus funciones poco a poco hasta alcanzar la normalidad. Aunque a veces puede suceder que la Fase de Curación no llegue a completarse porque se vuelva a reactivar el conflicto con la misma vivencia que se repite o con otra que tenga el mismo sentir, empezando de nuevo todo el ciclo de estrés. Si esto sucede repetidas veces, el conflicto se queda pendiente de curación como es el caso de las patologías llamadas crónicas.
Es importante identificar en que Fase de la Enfermedad se encuentra la persona para saber que pautas seguir y sobre todo, porque entender cada síntoma en su contexto siempre ayuda a liberarse del pánico producido ante una enfermedad, ya que muchos síntomas como la infección o la inflamación, son considerados enfermedades por la medicina tradicional, cuando solo son manifestaciones del proceso natural de curación.
Si estamos en la Fase del Conflicto Activo, el principal objetivo será identificarlo y resolverlo para salir cuanto antes del estrés. Este trabajo conviene hacerlo con el acompañamiento de un profesional, quien ayudará también a prepararse para los síntomas de curación que podrían resultar atemorizantes si no se tiene la suficiente información sobre ello. Si por el contrario ya nos encontramos en la Fase de Curación lo conveniente será dar herramientas emocionales para que, ante una situación similar futura se tengan los recursos necesarios y ya no se desarrollen nuevos síntomas.