Disfunción en la ATM

ATM es una abreviatura literal de Articulación Temporomandibular. Con frecuencia este término hace referencia a trastornos que afectan a la articulación o los músculos de la masticación y que conectan la mandíbula inferior al cráneo. Existen dos articulaciones temporomandibulares, una a cada lado de la cabeza, localizadas justo al frente de los oídos.

Muchos síntomas relacionados con la ATM son causados por efectos del estrés físico sobre las estructuras alrededor de la articulación.  Algunos factores desencadenantes de una disfunción pueden ser una mala mordida o dispositivos ortodóncicos. El estrés y el rechinamiento de los dientes. Una mala postura puede también provocar síntomas de ATM, por ejemplo, mantener la cabeza hacia adelante todo el día mientras se está mirando un ordenador tensiona los músculos de la cara y el cuello. También existen otras posibles causas como artritis, fracturas, dislocaciones y problemas estructurales presentes al nacer.

La ATM influye de forma global en todo el cuerpo, incluyendo el esqueleto, los músculos, los nervios, el sistema energético de meridianos y los líquidos corporales. De modo que una disfunción en ATM puede producir síntomas muy variados. Desde los típicos dolores en la mandíbula, cuello, cabeza o espalda, al bloqueo o la dificultad para abrir o cerrar la mandíbula. Otro tipo de síntomas que aparentemente no están relacionados como la tendencia a la hernia de hiato, la función de la válvula digestiva (VIC) o la función del tracto digestivo están afectados por la integridad y el equilibro de la ATM.

Con Kinesiología tratamos estas disfunciones de forma holística, puesto que todo está conectado en nuestro cuerpo. A través del test kinesiológico averiguamos cuál de estos cuatro aspectos es mejor trabajar para conseguir el equilibrio general:

     Estructura. Las estructuras relacionadas con la ATM abarcan: el disco cartilaginoso en la articulación, los músculos de la mandíbula, la cara y el cuello, los ligamentos, los vasos sanguíneos, los nervios cercanos y los dientes. Hay que tener en cuenta que cualquier trastorno en la mandíbula puede haber afectado directamente al cráneo, occipital, esfenoides, mastoides, vértebras cervicales, primera costilla, etc., comprometiendo incluso la postura y la forma de andar.

     Nutrición. Ayuda en la eliminación de metales pesados sobre todo para las personas que llevan amalgamas. Todo ser humano necesita los  “Oligoelementos” en pequeñas dosis para el buen funcionamiento de sus funciones celulares. Tenemos ejemplos de metales como el hierro que es un elemento vital para la formación de glóbulos rojos. Lo que hace que estos elementos resulten tóxicos o se conviertan en “metales pesados” son las concentraciones en las que pueden presentarse y su densidad molecular. Estos metales cambian su estructura biológica natural mediante procesos químicos, como puede ser la oxidación, los tratamientos industriales, etc. siendo absorbidos por nuestro cuerpo a través de la alimentación, el aire que respiramos o las partículas que se posan en la piel. Dentro de la categoría de metales pesados hay sustancias como el aluminio, el plomo, el mercurio o el cadmio. Se sabe que la cantidad más grande de mercurio que entra en nuestro cuerpo es a través de los empastes de los dientes. La amalgama usada en éstos contiene normalmente un 50% de mercurio. Estas sustancias se convierten en peligrosas porque nuestro organismo no está preparado para eliminarlas acumulándose en los riñones, los nervios, la grasa, los huesos, la piel, los pulmones, la tiroides o el cerebro con el riesgo que eso conlleva.

     Emoción. A nivel emocional puede haber información grabada en la ATM relacionada con ira no expresada o con miedo o una reacción de supervivencia. Por ejemplo, en un accidente los músculos de la mandíbula se apretarán para proteger el cerebro y la médula, una respuesta que el Dr. Carl Ferreri llama “mandíbulas defensivas”.  Este estrés emocional podría todavía estar presente en los músculos años después, provocando como resultado una mandíbula crónicamente “tensa”.  Con Kinesiología no solamente se libera la tensión muscular, sino que a menudo se liberan emociones subconscientes mantenidas largo tiempo.

     Energía. Utilizando técnicas energéticas se restablece el libre fluir de la energía vital en los diferentes meridianos. Como consecuencia la persona volverá a tener recursos para recuperar el equilibrio y el poder sanador que el propio cuerpo tiene.


Olga Lava Mares