“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”
Albert Einstein
La homeopatía se basa en tres principios:
· Principio de similitud. Lo semejante cura a lo semejante, expresado por Hahneman (1889) señala el paralelismo existente entre el poder toxicológico de una sustancia y la acción terapéutica de la misma, estableciendo que la curación se puede lograr con dosis infinitesimales, por sustancias que a dosis ponderables producen los mismos síntomas en el individuo sano.
· Dosis infinitesimales. Se realizan mediante dilución de la tintura madre y existen varios métodos: de Hahneman (centesimales C o CH, decimales D) o de Korszkof (K). Los excipientes manejados son líquidos: agua destilada, alcohol, glicerina y sólidos: lactosa o sacarosa.
· Dinamización. Cada dilución se somete a una dinamización que consiste en establecer un número de vibraciones que oscila entre 100 y 150. Tiene por objeto aumentar la actividad y espectro del remedio homeopático, que se produce por alteraciones físico-químicas en las estructuras moleculares, al estar demostrado que cuando falta la dinamización no tiene actividad.
Existen más de tres mil remedios homeopáticos, que proceden de muy diversas fuentes entre ellas de origen animal, mineral o vegetal. La preparación homeopática contiene cantidades infinitesimales de la sustancia original, tanto si esta es venenosa como es el caso del remedio Belladonna, o si se trata de algo tan inocuo como la sal (Natrum Muriaticum). Por ejemplo si queremos preparar la sexta potencia centesimal del Arsenicum Album 6CH, se añade una parte de arsénico a 99 partes de leche, azúcar o alcohol y pasa por un proceso de «sucusión» (se agita vigorosamente). Este proceso se repite 6 veces. El número que hay en la etiqueta de un remedio homeopático se refiere al número de diluciones por las que ha pasado, de modo que un potencia de 30 CH ha pasado por el mismo proceso de dilución treinta veces. Aunque una potencia 30 sea más diluida de una 6, el aumento del número de sucusiones hace que tenga más fuerza, de modo que generalmente una 30 se tomará para problemas más graves que una 6.
La curación emocional
Muchos de los síntomas físicos y psicológicos que experimentamos son el resultado de estrategias compensatorias que elaboramos para resolver sentimientos difíciles tales como la ansiedad y la tensión, las impresiones fuertes, las desilusiones y las pérdidas. Aunque al principio estas estrategias nos permiten sobrellevar unos sentimientos muy intensos, después pueden llegar a bloquear el crecimiento emocional y la salud psicológica.
A veces tratamos de superar los sentimientos problemáticos separándolos del resto de nosotros mismo. Al hacer esto, parte de nosotros se mueve hacia delante mientras que la otra parte se cierra en banda y se resiste. Ello nos hace sentir asustados, atascados o, a veces, sencillamente entumecidos.
La homeopatía es un sistema de medicina «energética» basado en un modelo de la persona que incluye un campo de energía o «fuerza vital». Por la física moderna, sabemos que nuestros aparentemente sólidos cuerpos no son más que densos campos de energía. Cualquier alteración en este campo puede dar lugar a una enfermedad, mientras que una forma de energía potente puede restablecer nuestro equilibrio. La homeopatía utiliza remedios dinamizados para reequilibrar el sutil cuerpo de energía de nuestro cuerpo.
Una vez se haya curado la alteración energética de un individuo, los otros síntomas de desequilibrio, sea físico o emocional, normalmente se resolverán por sí mismos.