En la cultura tradicional china se representan todos los aspectos del universo y los ciclos naturales de la tierra a través de la ley de los cinco elementos. Este paradigma producto de la tradición popular, es una metáfora que describe verdades inmutables y muestra fases del ciclo vital. Del nacimiento emerge la madera. En la fase de crecimiento se produce el fuego. El estado de madurez es la tierra. En la fase de decrecimiento el metal. Y en la muerte o renacimiento el agua.
Hay muchos aspectos del mundo y de la vida que la tradición asocia a los cinco elementos, como las emociones, los cinco sentidos, las estaciones, los factores climáticos, las fases de la vida, las ideas, etcétera. En Kinesiología se contemplan estas 8 categorías, pero se pueden encontrar muchas más en los libros de acupuntura.
Madera: su color verde, estación la primavera, clima el viento, olor rancio, sabor agrio o ácido, emoción la rabia, sonido gritar, tejido ligamentos.
Fuego: color rojo, estación verano, clima calor, olor chamuscado, sabor amargo, emoción alegría, sonido risa, tejido arterias.
Tierra: color amarillo, estación final del verano, clima humedad, olor fragancia, sabor dulce, emoción simpatía-empatía, sonido cantar, tejido músculos.
Metal: color blanco, estación otoño, clima sequedad, color rancio-podrido, sabor picante, emoción pena, sonido llorar, tejido piel y cabello.
Agua: color azul, estación invierno, clima frío, olor podrido, sabor salado, emoción miedo, ansiedad o admiración, sonido gemir o gruñir, tejido huesos.
En los cinco elementos hay dos ciclos que interactúan para mantener un equilibrio en todo el universo. Son el ciclo de creación y el de control representados en un diagrama:
El ciclo Shen o ciclo de creación es el que genera y nutre; se desplazan de forma circular en el sentido horario pasando por todos los elementos. También se le denomina relación madre-hijo, puesto que cada elemento alimenta al siguiente en el círculo. Se dice que la madera es la madre del fuego y lo alimenta al darle combustible. El fuego es la madre de la tierra que se crea de las cenizas de la madera. De las entrañas de la tierra se obtiene el metal. El metal crea el agua; podemos pensar en el agua emergiendo de las profundas minas donde se obtiene el metal, o condensándose en su superficie. El agua alimenta la madera, nutriendo sus raíces.
El otro ciclo energético es el coclo Ko o de control. También se denomina relación abuelo-nieto, en la cual cada elemento tiene una influencia de control sobre el segundo elemento según las agujas del reloj. Esta relación se representa con un patrón de estrella de cinco puntas. Por tanto, la madera se denomina abuela de la tierra y la destruye al introducir sus raíces en ella y romperla, pero simultáneamente la madera controla la tierra dándole estructura al mantener la unidad con sus raíces. Pensar en las plantas previniendo la erosión en una colina. La tierra puede destruir el agua interrumpiendo su flujo o absorbiéndola. La tierra controla el agua y le confiere sus propiedades específicas al contenerla y darle forma. El agua puede destruir el fuego al apagarlo, pero puede controlarlo para cocinar u otra actividad. El fuego destruye el metal al fundirlo o incluso evaporarlo, puede controlarlo al forjarlo y permitir crear herramientas, como un hacha. El metal destruye la madera al cortarla, pero puede también controlarla y darle forma y estructura al pulirla o crear vigas para combustible o construcción.
La energía se desplaza alrededor de los cinco elementos en la dirección de las agujas del reloj y sigue la ruta más corta. Seguirá cualquier ciclo para lograr enviar energía a través del sistema de meridianos de la manera más eficaz posible, dependiendo de las necesidades cambiantes del individuo.
La Kinesiología está basada en la Medicina Tradicional China y se rige según las leyes de los cinco elementos que contempla un órgano yin y una víscera yang para cada elemento. Los meridianos que llevan la energía a estos órganos conservan su mismo nombre. Así tenemos que, a la madera pertenecen los meridianos de hígado y vesícula biliar. Al fuego, corazón e intestino delgado. A la tierra, bazo y estómago. Al metal, pulmones e intestino grueso. Y al agua, riñón y vejiga.
Ciertos músculos están asociados con estos meridianos y eso nos permite obtener información sobre su estado a través del test muscular. De este modo se puede equilibrar cualquier déficit o exceso de energía en un determinado meridiano y según la ley de los cinco elementos averiguar la causa que lo genera (una madre no está nutriendo lo suficiente a su hijo o un abuelo está controlando en exceso a su nieto, etc.)
Con el test muscular también podemos averiguar las emociones que están estancadas o afectando a la persona, saber si necesita expresar el sonido asociado o si lo está reprimiendo (gritar, llorar, etc.), ver con que tejidos se asocia, incluso recomendar algún tipo de alimentación relacionada con el elemento en desequilibrio.