El cuerpo tiene memoria y las células lo recuerdan todo, incluyendo la información física, mental, emocional y espiritual que proviene de toda la experiencia de vida, herencia genética y generaciones pasadas. La información guardada en la memoria celular nos condiciona de tal manera, que nos predispone a percibir y comportarnos de una determinada forma. Esto afecta al modo en que realizamos nuestras tareas rutinarias y el modo en que reaccionamos al estrés y de cómo manejamos los desafíos emocionales en nuestras vidas.
En Kinesiología se usa el test muscular para dialogar directamente con el cuerpo y que nos revele dónde hay bloqueos, falta de energía o emociones estancadas. Puesto que en la memoria celular se almacenan todas las improntas conscientes o inconscientes, no hay nadie mejor que el propio cuerpo para contar su historia. Cualquier estrés, trauma o impacto que la persona sufra, siempre se queda registrado. Y aunque estos traumas estén guardados en el subconsciente, el cuerpo lo revelará con precisión cuando se haga el test.
La propiocepción, el sistema que tiene el cuerpo para tener conciencia de su estado interno, es esencial para realizar el test muscular. A diferencia de los sentidos como la vista, oído, olfato, etc. que nos dicen lo que está sucediendo a nuestro alrededor, la propiocepción a través de los receptores (neuronas sensitivas y motoras) proporciona retroalimentación al cerebro y al sistema nervioso central referente a lo que está ocurriendo al usar los músculos, y esto sucede a nivel subconsciente.
El Dr. Goodeheart viene demostrando desde los años 70 cuando hizo la relación músculo / meridiano /órgano que este sistema es extremadamente práctico. Algunos músculos están relacionados a un sistema de órganos específico, pues comparten un vaso linfático o un meridiano de acupuntura, por ejemplo. Como el ser humano es una unidad y todo lo que pasa en él afecta al resto de los sistemas, al testar los músculos, no sólo obtendremos información a nivel físico cuando hay contracturas u otro tipo de alteraciones, también nos hablará del estado energético de los distintos meridianos (hígado, riñón, estómago, etc). Podremos averiguar incluso qué alimentos nos están sentando bien o qué suplementos o nutrientes necesita la persona para resolver su problema. Y por supuesto, averiguaremos qué emociones tenemos estancadas por no haberlas podido digerir o expresar.
Una vez obtenida esta información, de nuevo utilizaremos el test para saber qué corrección kinesiológica nos va a permitir equilibrar la energía y devolver el bienestar al cuerpo, en ese preciso momento. Esta técnica es individual y la misma corrección no sirve igual para todos, pues detrás de cada síntoma siempre se esconde una historia personal.
Las correcciones o equilibraciones kinesiológicas son muy variadas, dependiendo del campo en el que actúen. Tenemos desde la Liberación del estrés emocional, el masaje de los Puntos Reflejos Neurolinfáticos o Neurovasculares, Sedación o Tonificación en puntos de Acupuntura, Equilibración de los 5 elementos con color o sonido, por poner algunos ejemplos. Además son muy sencillas de realizar y totalmente indoloras. La gente se sorprende de la eficacia de estas equilibraciones en la que se refuerza un músculo que antes resultaba débil o inhibido, al comprobarlo, y después de frotar 30 segundos en un punto reflejo deja de estarlo.
El test muscular no sólo nos permite averiguar a qué nivel está el bloqueo energético, emocional, etc…, sino que también nos dará datos de cuándo y cómo sucedió ese bloqueo con fechas precisas, por ejemplo: después de tener un accidente o de realizar movimientos bruscos se tiene más estrés al recordar el momento vivido o esas posiciones previas. Es más, cada vez que la persona repite esta posición, todo el cuerpo se pone en alerta y reacciona como si hubiera una amenaza ya que tiene una memoria asociada a tal hecho, por lo que equilibramos para separar la carga emocional negativa de ese recuerdo, liberándonos de esa memoria celular. Para ello se usa la equilibración del Alivio del Estrés Postural, lo cual es muy recomendable para todas aquellas personas que hayan sufrido un accidente o un trauma.
El cuerpo humano tiene una capacidad innata para sanarse a si mismo, nada supera a esta capacidad. Algunas células de nuestro cuerpo son remplazadas cada 7 años, algunas duran meses y otras solo viven 36 horas como las de los intestinos. Cada célula contiene la suficiente información como para construir un cuerpo entero. Lo que sucede es que la vida que llevamos y los abusos que hacemos de nuestro cuerpo, a menudo nos causan estrés, a veces tan intenso o constante que se bloquea esta cualidad. La buena noticia es que la Kinesiología nos ayuda a liberar ese estrés para recuperar el equilibrio y el bienestar.
Olga Lava Mares